La alcaldesa Claudia López decepciona

Todavía le quedan tres años y medio de mandato, lo más seguro es que los rellene con mentiras por medio de megáfonos o de trasmisiones en vivo. Quienes votaron por ella no tienen la culpa, son víctimas.

La alcaldesa Claudia López decepciona

Columnista: 

Elkin Giraldo Castellanos

 

Decepción, esa es la primera palabra que llega a mi cabeza después de ver lo grande que le quedó a López gobernar la capital de Colombia. Su pose alternativa, es justamente eso, una pose. 

Claudia López  se posicionó el primero de enero del 2020. Una fuerte campaña mediática, con los medios dominantes a su favor, le sirvió para ocupar el segundo cargo más importante del país. Hablar fuerte y proclamarse como la primera mujer en ser alcaldesa, fue su gancho para llegar.

Mientras estuvo en campaña proliferó a viva voz que Bogotá iba a ser en su mandato una “ciudad cuidadora”, nada más falso. Sus acciones no son coherentes con sus palabras.

Más de 1000 familias de uno de los sectores vulnerables de la capital fueron desalojadas por orden de la Alcaldía de Claudia López, todo en medio de la pandemia. En época de Peñalosa no sería nada extraño, la cuestión es que Claudia dijo ser la diferencia, todo mentira.  

La actual alcaldesa, en su momento aseguró que no iba a realizar el TransMilenio por la Avenida 68, pero días después se retractó, aludiendo no poder suspender la licitación. Prefirió culpar a su antecesor.

Cualquiera que se dé una vuelta por las calles de la capital podrá comprobar las decenas de personas que se rebuscan la forma de llevar un sustento a sus casas, no hubo inversión social que les permitiera resguardarse de esta crisis por la pandemia. Ni los trapos rojos la conmovieron. 

Su administración fue cómplice de la muerte de Alejandra, una mujer trans que dejaron morir al conocer su condición con VIH. Ni la bandera del Orgullo en la foto de perfil de la cuenta oficial de Facebook de la Alcaldía Mayor, ni las luces que alumbran en el Palacio Liévano, podrán borrar esta negligencia. Justicia para Alejandra. 

El abuso por parte de la Policía de Bogotá en las marchas que han acontecido en los últimos días es una muestra de su autoritarismo. Reprimir, en vez de ayudar, ese pareciera que fuera su lema. 

Ha sido tan desafortunada su corta administración que, como dice el dicho, “desde el desayuno ya se sabe cómo será en la comida”, han sido 6 meses de equivocaciones. Su afinidad con la derecha, que tanto daño le ha hecho a Colombia, es cada vez más evidente. La careta se le cae en cada intervención que hace.

Ponerse ruana y tenis para suavizar su imagen quizás sea una estrategia que le sirva de momento, pero no funcionará para contrarrestar el aumento de hurtos y el incremento en la pobreza que se registró en tan poco tiempo. 

Es tan ineficaz la gestión de López, que la propuesta de Policía comunitaria para mejorar la seguridad de Bogotá, en un país como Colombia, con antecedentes tan graves como las Convivir, es muestra de no haber entendido nada.  

Una cosa sí hay que abonarle a López: su astucia, pues al situarse en el centro, en un país tan polarizado, le ha permitido sonar entre los nombres presidenciales para el 2022, un desastre si se llegara a concretar. 

Todavía le quedan tres años y medio como alcaldesa, lo más seguro es que los rellene con mentiras por medio de megáfonos o de trasmisiones en vivo. Quienes votaron por ella no tienen la culpa, son víctimas. Varios hoy son los arrepentidos por haber depositado su voto en una mujer que instrumentalizó al feminismo para su finalidad. 

Será la historia quien la juzgue por robarle la esperanza a una ciudad, a espera de entrar al siglo XXI.

 

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Autor: Elkin Giraldo Castellanos ¡Libertad!

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