Las comadres del distrito de Aguablanca

En el distrito de Aguablanca cinco mujeres víctimas de la violencia del Pacífico colombiano se han propuesto narrar sus historias y transmitir sus conocimientos a niños y jóvenes hijos de desplazados que llegaron a Cali para salvar sus vidas. 

Las comadres del distrito de Aguablanca

Columnista:

Ana María Ramírez Gómez

 

En el distrito de Aguablanca cinco mujeres víctimas de la violencia del Pacífico colombiano se han propuesto narrar sus historias y transmitir sus conocimientos a niños y jóvenes hijos de desplazados que llegaron a Cali para salvar sus vidas. 

Las cinco comadres, Elena Hinestroza Vente, María Elvira Solís Segura, Ana Judith Gamboa, Alicia Arrechea Alegria y Mayra Alejandra Mina, esta última es una joven criada en el distrito de Aguablanca que aprende de sus mayoras, juntas han creado Comadreo por el Pacífico donde se reúnen para narrar historias del litoral Pacífico y de lo que vivieron en el momento del desplazamiento y adaptación a la urbe donde se enfrentan a otros tipos de violencias. 

La población afrocolombiana víctima de la violencia llega a 1 035 068 lo que representa más del 11,75 % del total (8 803 836) de víctimas registradas, según cifras del Registro Único de Víctimas (RUV).

A Cali han llegado 205 mil víctimas de desplazamiento a causa de los grupos ilegales que se pelean las tierras del Pacífico, esta cifra es proporcionada por el Centro Regional de Atención a Víctimas. Es el Distrito de Aguablanca el barrio que alberga a la mayor población afrocolombiana que es expulsada a diario de sus territorios por la guerra interna que vive Colombia. Al llegar se enfrentan al racismo y clasismo de la urbe, con menores oportunidades de estudio y empleo en el que sus hijos son tentados por las pandillas que controlan el sector. 

Pero el distrito de Aguablanca es más que ilegalidad y fronteras invisibles, es un lugar donde se está cultivando la cultura del Pacífico, donde el Comadreo por la Paz se convierte en una herramienta de resistencia y reivindicación de sus saberes, como estrategia para arrebatar a sus jóvenes de la guerra que los acecha por segunda vez.

Esta iniciativa nace en el 2018 de la poesía cantada Comadreo por la Paz de la agrupación Integración Pacífica que lidera la comadre Elena, quienes ganaron el premio a mejor canción inédita en el festival de música Petronio Álvarez.

Esto fue el detonante que dio origen a un proceso de sanación conjunta para que esas heridas profundas que deja la guerra interna en Colombia salieran a flote contando sus historias y las de muchos afrocolombianos que no han encontrado justicia por parte del Estado ni de las instituciones. 

Por lo que se reúnen en la casa de Elena en el distrito de Aguablanca o desde los diferentes municipios para narrar y hacer procesos de reconciliación, donde encuentran a otros afrocolombianos que no se habían atrevido a contar lo que les sucedió y gracias a estos eventos se sienten identificados y logran transmutar ese dolor por medio del canto y el arte. 

Las comadres hacen parte de ese grupo de mujeres afrocolombianas que han mostrado el poder heredado de África, quienes desde que llegaron al territorio en los barcos negreros se han ingeniado estrategias para buscar su libertad y la de sus familias, desde la creación de mapas en las cabezas para llegar a los palenques hasta la lucha diaria que dan contra la discriminación y los abusos que viven en las calles por ser negras y llevar en sus cuerpos una sangre indomable. 

 

P. D.: si quieren conocer más sobre Comadreo por el Pacífico pueden entrar a Facebook al link:https://www.facebook.com/comadreoporelpacifico

Fotografía: cortesía de Comadreo por el Pacífico.

Comparte:

Artículos relacionados