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Pedir un cambio lento es hablar desde la comodidad

Debido a lo cercano de las elecciones, el debate acerca de si existe o no un centro vuelve a surgir. Sentirnos entre dos polos opuestos nos genera terror y miedo de expresarlo, pero siempre llega el "intermedio" para rescatarnos.

Pedir un cambio lento es hablar desde la comodidad

Columnista:

Lady Orozco

 

El centro no es más que un invisible salvador que solo genera dudas y cuestionamientos, pero en un país como Colombia, ese que está lleno de desigualdades, opresiones, masacres y los mismos de siempre en el poder.

El miedo a ubicarnos en un extremo nos llena de terror, de pánico. Sentimos que nos estamos dejando llevar por la mano perversa de la derecha o del «castrochavismo» de la izquierda. Luego, nos dicen que no deberían encasillarnos en ninguno de los dos bandos, que se puede tomar un poquito de aquí, otro poquito de allá, mezclarlo y sale lo que se denomina el centro.

Lo que me genera duda es, ¿cómo se puede mezclar alguito de allí y otro de allá?, ¿acaso se parten los 6402 casos de falsos positivos?, ¿se parten las 23 masacres que van durante este año?, ¿se divide la reforma tributaria que se está llevando a cabo para subirle los impuestos a los alimentos?, ¿cómo se parte el poco acceso a la salud o a la educación?

El centro ha querido venderse como la solución a todos los males; sin embargo, un vivo ejemplo de su falta de voz fue la arrogancia de Fajardo en las elecciones presidenciales pasadas; es decir, las cosas se hacen como ellos deseen o no se hacen. No importa si el país depende de ello, no importa la guerra que se esté librando; todo es cuando y como ellos quieran.

En este momento, en medio de un debate coyuntural acerca del panorama que se vive en el país el centro no puede ni debe salir a lavarse las manos con lo que está sucediendo. Fajardo sigue punteando la candidatura del Verde. ¿Cómo es posible que alguien que dejó tirado al país para irse a ver ballenas pueda apostarle de nuevo a una carrera presidencial y que no importe que haya puesto su ego por encima de Colombia?

Pensar en un cambio paulatino es ignorar la barbarie que se está viviendo día a día y demostrar que el salario de los congresistas y las comodidades que se les ofrecen no los deja ver más allá. ¿Les decimos a los de la clase más baja que sí se les va a dar comida pero de a poquito o que los espere a que Fajardo haga otros dos viajes para ver ballenas?

Es cierto que cada persona es libre de tener su ideología política, y siempre defenderé la libre expresión, pues soy fiel creyente de que un país necesitará siempre de ello para tener una verdadera democracia. Mas lo anterior no me hace ignorar —y acudiendo a mi libertad de expresión y aquellos que se identifiquen con ella— que el centro se sigue lavando las manos una, otra y otra vez. ¿Qué buscan?, ¿que aquellos que le temen a un «extremo» se identifiquen con ustedes?

Colombia no puede ser un país donde el centro quiera salvar catástrofes con pañitos de agua tibia, no cuando hay hambre, sangre y dolores tan grandes como las que se están viviendo en las zonas alejadas del país. No se puede sanar con pañitos la inequidad que se vive con la educación ni mucho menos el poco acceso que hay al sistema de salud. 

Señores y señoras del centro —porque parece que les gusta que los llamen así—, se les respeta que no quieran adoptar una postura firme, sino a medias. Aunque no quieran ganar en las urnas con un discurso tan tibio como el que han venido dando todos estos años. Colombia ya no tiene tiempo para recuperarse; se necesita una completa reforma. Ustedes quieren ganar solo si es con su bandera, por eso concluyo con que solo les importa su ego y no el país.

 

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