¡Que viva el fútbol femenino!

Se requiere un cambio cultural en la sociedad. Esto implica debilitar y ojalá proscribir las prácticas machistas y sexistas con las que se está evitando la consolidación del fútbol femenino.

¡Que viva el fútbol femenino!

Columnista:

Germán Ayala Osorio

 

El fútbol femenino avanza lentamente en su conquista de los aficionados a ese deporte espectáculo que es el fútbol. Y lo hace, a pesar de las trabas, la displicencia y las resistencias de una dirigencia deportiva que no solo es machista, sino que aún vive embelesada con el mediocre espectáculo que cada ocho días brindan los jugadores (hombres) de lo que se conoce de manera rimbombante como la Liga nacional.  

Hay que empezar por reconocer que el nivel de los equipos colombianos es bastante bajo. Se pega demasiado. Los atletas ofrecen un espectáculo aburrido. Se tornan mañosos, cuando no belicosos. Exhiben un fútbol lento, juegan a no perder. Al ver que la Liga Profesional Femenina ofrece un mejor espectáculo, seguramente los amantes al buen fútbol terminarán por apoyar a las jugadoras. Y a esto último le temen los miembros de la dirigencia nacional de este deporte.

Dado el bajísimo nivel del fútbol masculino, de seguro los machos que manejan la Federación Colombiana de Fútbol tienen miedo de perder el control, pero por sobre todo, deben estar inquietos porque les asusta tener que cambiar de ídolos, lo que les implicaría dejar de ser machistas y empezar a ver a las jugadoras como profesionales, talentosas y convertidas en referentes para niños y niñas.

Para lograr que la Liga Femenina se consolide, no basta con que el torneo se extienda en el tiempo, el nivel futbolístico se mantenga en alza, se les pague mejor a las jugadoras —no niñas, como insisten en llamarlas algunos periodistas deportivos—, y lleguen más patrocinadores. Por el contrario, se requiere un cambio cultural en la sociedad. Esto implica debilitar y ojalá proscribir las prácticas machistas y sexistas con las que se está evitando la consolidación del fútbol femenino.

Ya es hora de que el periodismo deportivo aporte su grano de arena y sus periodistas empiecen a hacer mejores cubrimientos de los partidos de la Liga Femenina, dejando, eso sí, de llamarlas «niñas» y hacerles el  merecido reconocimiento por su calidad, sin caer en la melosería con la que suelen hablarles a los jugadores de los equipos, fruto de admiración exagerada y de la incapacidad de hacerles ver el pobre espectáculo que a diario brindan en las canchas del rentado nacional. Por todo lo anterior, ¡que viva el fútbol femenino!

 

Comparte:

Artículos relacionados