Columnista:

Daniel López

Gustavo Petro Urrego es un economista egresado de la Universidad Externado de Colombia, hijo del Caribe colombiano, su trasegar como sujeto político lo ha llevado a conocer profundamente las razones de las desiguales y asimétricas formas de nacer, crecer y desarrollarse para los individuos en las sociedades latinoamericanas, especialmente, en la sociedad colombiana marcada por las múltiples formas de violencia que han definido el destino la patria.

Sobre el camino de Petro en la política, se puede decir que no se reduce a los cargos públicos que ha ejercido. Su origen como sujeto de derechos deviene en haber sido un ciudadano que realizó el tránsito de una vida guerrillera a la legalidad institucional, a través del acuerdo de paz en los gobiernos de Virgilio Barco y César Gaviria que derivaron en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991. Marco de legalidad que lo ha llevado a ser candidato en los diferentes procesos electorales en los que ha participado, ha sido funcionario público y ha estado en el gobierno como alcalde de la capital del país durante cuatro años. Sobre la historia del político y las elecciones que ha enfrentado «se ha caracterizado por su militancia política intensa y duradera en el tiempo en busca del poder que pueda transformar las corruptas formas de hacer política en un país dónde la corrupción se ubica en el primer orden de la vida nacional».

Petro es ese personaje que con los años se ha convertido en un político relevante para la política colombiana, fue definido por Alonso Sánchez Baute en su columna de El Espectador, del 27 de octubre de 2011, como El indignado o en la misma columna por Jorge Iván Cuervo en los siguientes términos: «Los políticos valen más por lo que representan que por lo que son. Petro representa una generación que se rebeló contra el establecimiento y le disputa el poder a la clase política tradicional».

Se ha caracterizado por su militancia intensa y duradera en el tiempo en busca del poder que pueda transformar las corruptas formas de hacer política en un país donde la política es tan mágica como Macondo en el que nombran funcionarios corruptos para defender las instituciones públicas de la corrupción. En ese país de nombre Colombia se ha abierto camino un político con agallas oriundo del municipio Ciénaga de Oro, ubicado en el departamento de Córdoba del Caribe, la misma región creadora de los José Arcadios y Aurelianos Buendía en la obra Cien Años de Soledad del escritor colombiano Gabriel García Márquez, ganador del Nobel de Literatura, en 1982.

Gran parte del éxito de un político obedece a la capacidad que tenga de organizar equipos de trabajo cohesionados y la valentía de participar en los diferentes procesos electorales, en Petro se han reunido esas dos características que lo han llevado a convertirse en un candidato ganador de elecciones y  por consecuencia gobernante en el ejercicio del poder político. Tras ser concejal de Zipaquirá en los años 80, ocupar cargos públicos en Cundinamarca y cofundar Alianza Democrática M-19 en los años 90, partido político que participa en la redacción de la nueva Constitución Política, es elegido dentro de la Cámara de Representantes, en 1991, por la circunscripción electoral de Cundinamarca, haciendo parte de las listas de la Alianza Democrática M-19 que obtienen quince curules de 161 posibles.

Luego de incursionar en la política nacional a través del Congreso de la República como representante a la Cámara, entre 1991 y 1994, en 1997 se convierte en el candidato de la Alianza Democrática M-19 a la alcaldía de Bogotá, tras obtener 7084 votos, equivalente al 0,56 % de los votos por los candidatos, ocupa el octavo lugar de los quince inscritos a la elección.

«En el año 1998 regresa a la Cámara de Representantes por el Movimiento Vía Alterna, esta vez en la circunscripción electoral de Bogotá, siendo el más votado de la ciudad con 78,895 votos, en 2002 es reelegido a la misma corporación por el mismo partido».

En 2006, tras participar en la conformación de una coalición con el Frente Social y Político a la que llamarían Polo Democrático Independiente, que se uniría posteriormente con Alternativa Democrática de Carlos Gaviria Díaz conformando el Polo Democrático Alternativo, es elegido senador de la República con 143 443 votos que representaron el 16,39 % de los votos por el partido que obtendría en total 875 451 votos y diez curules en el Senado de la República.

En 2009 «decide convertirse en el candidato presidencial del Polo Democrático Alternativo, y para ello participa de la consulta interna del partido para elegir candidato único el 27 de septiembre, en ella con 234,244 votos derrota a Carlos Gaviria Díaz que logra 210,440 votos. En las elecciones presidenciales de 2010 obtiene la suma de 1,331,267 votos que representaron el 9,13% de los votos válidos, ubicándose en el cuarto (4) lugar de nueve (9) candidatos presidenciales».

En 2011 continúa su aventura electoral como candidato a la Alcaldía de Bogotá por segunda vez obteniendo en la elección 723 157 votos que representaron el 32,22 % de los votos válidos y se convierte en el Alcalde Mayor de Bogotá para el período 2012-2015 con el lema de una Bogotá Humana. Durante los años de mandato como alcalde tuvo que dejar el cargo por las sucesivas destituciones de la Procuraduría General de la Nación que posteriormente fueron desvirtuadas. Finalmente cumplió el mandato constitucional de cuatro años.

En 2017 conforma el movimiento político al que llamaría Colombia Humana y emprende nuevamente su carrera por la presidencia para las elecciones de 2018, proceso electoral en el que lograrían tres curules en el Senado de la República y dos curules en la Cámara de Representantes, posteriormente se convertiría en el candidato presidencial de ese movimiento luego de participar en la consulta interna previa. Durante la primera vuelta presidencial logra ubicarse en el segundo lugar pasando a la segunda vuelta consiguiendo más de ocho millones de votos solo siendo superado por quien lo derrotó en esa ronda de las elecciones. Se convirtió así en senador de la República, según el derecho otorgado por el reciente Estatuto de la Oposición.

El candidato, el político y el ciudadano Petro ha realizado el tránsito hacía ese hombre de Estado que puede ejercer la primera magistratura de la República, se ha hecho merecedor de conquistas electorales por la insistencia en su propósito de transformar a la nación colombiana. El logro de sus objetivos políticos en una carrera política profusa lo han llevado a convertirse en el sujeto político que con resultados ha demostrado que «el ejercicio de una ciudadanía valiente y el gobierno son esas fortalezas que quiere compartir con esa Colombia Humana dentro de una coalición conformada por un amplio "Pacto Histórico" con el pueblo colombiano».