La jugada de Petro en el tablero internacional: Abstención en la OEA

La jugada de Petro en el tablero internacional: Abstención en la OEA

Columnista 

Aurora Folgoso 

Las relaciones internacionales son como un juego de ajedrez, donde cada movimiento debe pensarse con varias jugadas por adelantado. En este complejo tablero, el presidente Gustavo Petro decidió que Colombia se abstuviera de votar una resolución en la OEA contra el régimen de Nicolás Maduro. La abstención no es simplemente un voto en blanco; es una estrategia cuidadosamente calibrada para equilibrar intereses vitales como la diplomacia, el comercio y la seguridad.

Colombia depende en gran medida del petróleo y el carbón, además, Venezuela nos vende gas a un precio cuatro veces más barato que el gas importado por empresas colombianas como las de Luis Sarmiento Angulo, Promigas. Romper relaciones con Venezuela podría significar perder estas ventajas comerciales cruciales para nuestra economía. 

Esta industria, que incluye el petróleo y gas, aporta hasta el 15% de los ingresos de la nación, con los que el Gobierno, a grandes rasgos, financia los programas sociales, el presupuesto y los subsidios, entre otros. La minería, por su parte, representa poco más del 2% del PIB, el 20% de las regalías, el 18% de la inversión extranjera. En términos prácticos, mantener una relación estable con Venezuela es una forma de proteger estos intereses económicos vitales.

Venezuela no es miembro de la OEA, por lo que cualquier resolución tomada por esta organización no tendría un impacto directo en el país vecino. Sin embargo, las decisiones de la OEA pueden influir en la opinión pública internacional y en la política de otros países hacia Venezuela. La abstención de Colombia puede interpretarse como una manera de evitar conflictos diplomáticos y mantener un equilibrio en las relaciones bilaterales.

Además, la situación fronteriza entre Colombia y Venezuela es delicada. Si se deterioraran las relaciones, podríamos enfrentar un aumento en la inseguridad y la migración masiva, lo cual afectaría directamente a las comunidades fronterizas. En un escenario extremo de conflicto armado, la proximidad geográfica con Venezuela pondría a miles de civiles colombianos en peligro.

Los países que se abstuvieron en la votación de la OEA comparten fronteras con Venezuela. Este hecho no es una coincidencia; refleja una decisión consciente de evitar posibles guerras y mantenerse neutrales. La historia nos ha mostrado que las guerras son devastadoras, quienes realmente la han vivido, nunca quisieran volver a pasar por eso. 

En última instancia, la abstención de Colombia en la OEA es una jugada estratégica en un tablero internacional complejo. Es fácil criticar desde la comodidad de nuestros hogares, pero debemos considerar las repercusiones de cada decisión. ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestros intereses económicos y la seguridad de nuestras fronteras por una postura moral? Y, lo más importante, ¿estamos dispuestos a enviar a nuestros hijos a la guerra? 

Comparte:

Artículos relacionados