La vaca mu, la vaca mu… la vaca muerta

Gobernador, ya habrá tiempo para jugar a lo electoral, por el momento, la confrontación con Petro no se resuelve a punta de vacas desnutridas o referendos fracasados. El debate público demanda seriedad.

La vaca mu, la vaca mu… la vaca muerta

Columnista 

Fredy Chaverra 

Sí el fracaso fuera directamente proporcional a la expectativa, aquella propuesta de la “vaca solidaria” con la cual el gobernador Andrés Julián Rendón, en un acto de clásica arrogancia paisa, retó al presidente Gustavo Petro, se podría calificar como un fracaso del tamaño de una catedral. La vaca no solo estuvo lejísimos de cumplir con su ambiciosa meta de recaudo, sino que, tras un debut marcado por los titulares en primera plana y los mugidos desde otras regiones, al cierre de su vida útil pasó con más pena que gloria. Poco o nada se volvió a hablar de la vaca que de desnutrida pasó a muerta.

Así el gobernador Rendón no lo quiera ver, su vaca solidaria, con tan solo 5.500 millones de pesos recolectados a lo largo de 162 días, está refundida en la agonía.

Creo que a nadie se le pasó por la cabeza que la meta -fijada por Álvaro Uribe en un billón de pesos- se pudiera cumplir. Resultaba ingenuo pretender que un millón de antiqueños -no solo arrieros de pura cepa o “gente de bien” con inversiones en el oriente cercano- aportarían de a un milloncito de pesos con la intención de darle oxígeno al gobernador en su confrontación con Petro.

La vaca que empezó como un “bovino” de fina estampa, domada por un gobernador ansioso por proyectarse a nivel nacional y con la capacidad de pararse duro ante Petro para decirle que sí los antioqueños se lo proponían podían financiar obras rezagadas por sobrecostos e incumplimientos, se fue convirtiendo en una pésima caricatura que muy pronto se dejó de tomar en serio. Ya sea por el supuesto aporte de actores armados ilegales -algo que nunca fue del todo aclarado- como por el oportunismo de congresistas que no escatimaron esfuerzo para montarse en el lomo de la “indignación” ante el maltrato con Antioquia.

Pero eso fue algo que les supo a cacho, porque en una movida audaz, un abogado versado tanto en resistencia bovina como en contratación estatal, demandó sus aportes individuales bajo un cargo de ilegalidad en la figura contractual de la vaca, luego de que el Consejo de Estado aceptara dicha demanda, al gobernador arriero no le quedó de otra que replegarse en su potrero y devolver los aportes; y a los congresistas “vacunos”, preparar su defensa ante una demanda por perdida de investidura que de haber prosperado hubiera sacado del Congreso a media bancada del Centro Democrático.

Todos esos factores contribuyeron para que la vaca fuera perdiendo tracción entre una derecha radical que inicialmente la recibió con gusto. Ni la designación de Alfredo Ramos como “gerente de la vaca” en algo sirvió para sacarla de su permanente estado de postración. Al gobernador no le salió bien esa movida para retar al Gobierno Nacional y ahora no tiene de otra que administrar la expectativa de su enrome fracaso. Ojalá lo poco que se recaudó sí sea invertido con transparencia.

Así Rendón insista en que “la vaca está viva” las cifras son tozudas y recreando una conocida canción popular solo basta agregar: la vaca mu, la vaca mu, la vaca muerta.

Y al gobernador pronto le espera otro fracaso, porque su publicitada propuesta de referendo por la autonomía fiscal va transitando por la senda del estancamiento, aunque también fue presentada con bombos y platillos como otro escenario de confrontación con el presidente, dudo que si acaso llegue a reunir las firmas mínimas para activar su trámite. El tema quedó bastante rezagado en la opinión pública y disipado en la incomprensión que le asiste al colombiano de a pie sobre temas fiscales.  

Concluido el episodio de la “vaca solidaria” solo resta decirle al gobernador que se dedique a gobernar un departamento plagado de problemas, que entienda que en muchas subregiones ni se sabe quién es el gobernador, que su popularidad viene cayendo en las encuestas, y que se requiere que sea claro con su política de austeridad, porque resulta contradictoria con su enorme gasto en publicidad y además amenaza con llevarse por delante importantes conquistas sociales.

Gobernador, ya habrá tiempo para jugar a lo electoral, por el momento, la confrontación con el presidente no se resuelve a punta de vacas desnutridas o referendos fracasados. El debate público demanda seriedad.

 

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