¿A quién analizará el analizador de la Policía?

Esta nueva herramienta de la Policía genera muchas suspicacias, pues su potencial para “perfilar” es enorme.

¿A quién analizará el analizador de la Policía?

 

Antes de leer este análisis es importante que leas la primera parte: Semana, mediante una empresa cuestionada, invitó con SMS a leer la columna pro Uribe de Vicky, para poder entender el patrón de comportamiento visualizado.

 

Columnista:

Juanita G. Pérez

 

La Dirección de Inteligencia Policial a través del proceso PN DIPOL SA 013-2020, adjudicó y celebró la compraventa de un Analizador de Comportamiento en La Red Y Usuarios —para el análisis, vigilancia y monitoreo de las redes y equipos de la Dirección de Inteligencia Policial— a la empresa Global Open Technologies S.A.S. por valor de $299 680 000 pesos.

Dicho servidor de análisis es tan poderoso que permite examinar cualquier equipo que sea vinculado a la red de la Dirección de Inteligencia (sea tablet, teléfono inteligente o computador portátil y/o de escritorio), detectar comportamientos anómalos (de acuerdo a los parámetros que la Policía establezca) por parte de cualquier usuario, detectar el uso de idiomas inusuales, e incluso hacer estudios precisos de transferencias de datos y archivos de un usuario en particular en tiempo real.

En síntesis, el sistema es una excelente herramienta para medidas de contrainteligencia dentro de tan importante organismo de la Policía Nacional.

El asunto es que el contrato se explaya tanto en las características del servidor de análisis que, a nuestro juicio, no deja firmemente claro si solo se va a usar en la Dirección de Inteligencia de la Policía o si también se usará en otras dependencias.

Además, teniendo en cuenta los antepasados de 'chuzadas' del DAS y del Ejército —y si a eso sumamos que el director de la Policía no es una persona libre de escándalos— esta herramienta genera muchas suspicacias, pues su potencial para “perfilar” es enorme.

¿Qué sucedería si de alguna manera se logra vincular a dicho analizador los equipos informáticos de opositores o periodistas no afines al Gobierno actual? ¿Qué garantías hay de que eso no suceda? Pues al menos el contrato, a nuestro juicio, da muy pocas.

 

¿Quieres entender el patrón? Lee la última parte del análisis: El decreto censurador que no fue, ¿pero que será?

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