Columnista:

Lady Orozco

Ese nombre me dañó parte del día, las preguntas solo rondaban por mi mente, y no entendía a alguien como Eduardo Enrique Zapateiro Altamiranda, ese supuesto general del Ejército.

Señor Zapateiro, ¿cómo no se le cae la cara de vergüenza?, ¿cómo es capaz de seguir en su cargo? Con usted al mando, pocos o ninguno nos sentimos seguros. 

Al usted estar al mando, solo salen preguntas como ¿quién dio la orden?,  ¿recuerda los falsos positivos o las fosas comunes?, para mis adentros, digo, ¿cómo es posible que siga dando ruedas de prensa y a la vez continúe en su cargo? Hay millones de madres en Soacha y el resto del país que exigen respuestas, pero no las da ni las va a poder dar, pues lo cobijan aquellos que esconden la verdad.

¿Recuerda la persecución a periodistas, políticos y demás?, ¿está dentro de sus funciones investigar a los profesionales de la comunicación que han denunciado las patrañas que se vive en el Ejército? El Ejército colombiano investiga a las personas que se preguntan por los falsos positivos, pero también persigue a aquellos que están en contra de un Gobierno que no ha dado un mínimo de resultados en cuanto a las masacres. ¿Tanto hay que esconder, señor Zapateiro?

Pero los escándalos no paran, todo lo contrario, su estadía ha traído más cuestionamientos que certezas. En su mandato, señor Zapateiro, ocurrió la violación de una niña embera de tan solo 12 años. Y no, no fue usted el que la violó, sin embargo, es responsable de lo que sucede en esa institución. Usted, está en ese cargo para que se cumplan las órdenes y se promuevan los «valores». ¿Dónde esta su autoridad?, ¿o es que esto es bien visto ante sus ojos?

¡¿Cuántas caídas necesita para entender que debe renunciar?!

Ahora, la ONU hace un recuento de este año y van 33 masacres en Colombia. Solo es mirar el fin de semana comprendido entre el 15 y 17 de agosto para preguntarle, señor Zapateiro, ¿cuántos jóvenes más deben morir?, ¿cuántas madres deberán llorar a sus hijos muertos por la violencia y la barbarie de este país?, ¿cuántos años más vamos a tener que luchar contra el narcotráfico mientras usted sigue cómodo en una oficina sin dar mínimos resultados?

General Zapateiro, ¿qué cara se le dan a a las madres en Nariño y a las de Cali?, ¿es justo seguir en matanzas mientras a usted lo condecoran casi que cada mes? Aún me pregunto el motivo de su ascenso, sus condecoraciones y los halagos que el presidente Iván Duque le sigue tirando, es como si ellos viviesen en un tipo de Narnia. Espero encontrar el clóset al que ellos se meten para aparecer en un mundo mágico, ese en el que lo ven como héroe.

Si usted no puede dormir tranquilo, lo entendería. Si usted aún piensa en esos jóvenes que son asesinados mientras usted esta en ese cargo, lo entendería. Si usted no quiere despertarse a seguir "trabajando", lo entendería. Es que, a decir verdad, entendería muchos cosas, menos el hecho de que no renuncie. Las masacres avanzan, los cuestionamientos son cada vez mayores, solo tiene de su lado a un presidente que solo ha ganado popularidad por su reallity show de las 6 de la tarde que se trasmite por los canales que se le arrodillan todo el tiempo.

Señor Zapateiro, retírese, hágalo antes de que le perdamos más el respeto (si es que respetarlo sea posible), pero no siga siendo el rostro de algo que le quedó grande. Esa es la verdad, la justicia y las tareas de Ejército le quedaron grande, pero le tengo una buena noticia: retirarse es de valientes.