Pícaro es pícaro
El alcalde debe dejar de ver en cualquier sector que cuestione su acción de gobierno el rostro de su némesis, eso, tal vez, le resultó efectivo para ganar la elección con un resultado aplastante -que dejó a Quintero en los puros huesos-, pero ahora, cuando la ciudad le reclama mayor responsabilidad política y claridad en sus movidas, solo puede resultar patético.